Acceso a la Información Pública – Manual para periodistas en Argentina
Como consecuencia de estos períodos de nuestra historia, periodistas de distintos países tuvieron que valerse cada vez más de mecanismos extraoficiales para conseguir información sobre los órganos del Estado. Hoy, hemos recuperado la democracia. La publicidad de los actos de gobierno debe ser la regla y no la excepción. El acceso a las fuentes de información sobre los actos del Estado debe ser igualitario. Sin embargo, estos mecanismos extraoficiales continúan siendo utilizados como fuente principal y son percibidos como naturales pese al cambio de las reglas de juego.
La información recibida formalmente de parte del Estado aporta en términos de calidad respecto de aquello que finalmente es comunicado a las personas.
No es lo mismo utilizar una fuente oral y poco confiable, que contar con datos aportados por el propio Estado con la firma de un funcionario o funcionaria, quien pone allí en juego su responsabilidad. En definitiva, el acceso a la
información pública es una herramienta que contribuye a la labor periodística, ayudando en la obtención de datos precisos y evitando posibles reclamos judiciales.
Es necesario recordar que la información que el periodismo transmite suele conformar la principal fuente de formación de opinión pública. En consecuencia, parece posible afirmar que la utilización primordial de fuentes extraoficiales en la labor periodística juega en detrimento de una opinión pública mejor informada.
Además, si el acceso a la información pública como herramienta formal, cobrara relevancia dentro de las fuentes que el periodismo utiliza en su tarea cotidiana, esto aceitaría el procedimiento de solicitud y seguramente contribuiría a un cambio respecto de cómo perciben funcionarios y agentes públicos la obligación de brindarla. Así, esta percepción de un control más cercano sobre sus actuaciones, debería redundar en mejores índices de transparencia en la gestión pública.
Si la finalidad de la función social de comunicar es brindar información certera y completa acerca del trabajo de los diferentes órganos de gobierno, parece indudable que la posibilidad de recurrir al Estado para que la proporcione en forma oficial constituye una herramienta de suma utilidad y mayor confiabilidad. Esto no quita que los datos o documentos recibidos oficialmente puedan ser cuestionados, cotejados con otras fuentes o, incluso, eventualmente desechados. Lo que sí aporta esa información, es una variable más para el análisis y labor periodística.
En otras palabras, si el objeto de la investigación periodística es algo relacionado con el funcionamiento del Estado, la herramienta de petición de información pública se convierte en un instrumento relevante para el trabajo de los comunicadores.
Como veremos en las páginas que siguen, este mecanismo formal nos permite un amplio espectro de posibilidades. Desde preguntar un dato concreto, tal como si un acaudalado empresario se reunió en la casa de gobierno con el primer mandatario, hasta realizar una investigación sobre la situación de contaminación de un río solicitando actas del ente público responsable o conocer las políticas públicas sobre violencia contra la mujer a lo largo de todo el país.
Mucho se oye decir sobre el rol de la prensa y los medios por estos días. Es una pena que tengamos a nuestro alcance una herramienta que nos da la posibilidad de contar con información de mayor calidad, y no la utilicemos.