Buenas prácticas en comunicación y discapacidad – Informar con responsabilidad y respeto por la diversidad
En las facultades de periodismo, y luego en las redacciones de diarios, radios o canales de televisión, no existe la formación para el correcto abordaje de cuestiones sobre la denominada discapacidad. Lo que tenemos es un aprendizaje y reproducción infinita de estructuras cargadas de prejuicios y desconocimiento.
Así, este Manual se presenta como una herramienta indispensable para quienes trabajamos en los medios de comunicación, y tiene el objetivo primordial de comenzar a deconstruir un modo de transmitir, contar y decir que no respeta los Derechos Humanos de personas diagnosticadas con algún tipo de discapacidad.
Regularmente decimos o escribimos “discapacitado”, sin reflexionar que se trata de una persona que presenta una dificultad ante un entorno que le coloca barreras. No es un enfermo. No es especial. No es anormal. No es un loco. No sufre, ni padece. No es un ciego. No es un lisiado. No es un mudo. Es una persona a quien el medio en el que vive le impone desafíos relacionados a su déficit. El correcto ejercicio de la responsabilidad social del periodismo en la construcción de un mundo con igualdad de derechos requiere de comunicadores capacitados.
La actual discapacidad periodística genera mensajes que excluyen, segregan y fortalecen prejuicios. Que son sinónimos de angustia, tristeza y dolor para quienes son víctimas de nuestro “trabajo”.