Defendiendo los derechos humanos en la era digital: el rol del cifrado
El Estado, las agencias y dependencias gubernamentales, las empresas, los hospitales, almacenan nuestra información en bases de datos y computadoras conectadas a internet. Los dispositivos que utilizamos todos los días como nuestros smartphones (celulares inteligentes) y computadoras, a los cuales se suman otro sin fin de objetos conectados a internet en el mundo conocido como internet de las cosas (o Internet of Things): automóviles, relojes, televisores, tostadoras, lavarropas, hornos. Todos estos dispositivos almacenan y transmiten constantemente información personal a medida que vamos incorporándolos como parte de nuestra rutina y actividades cotidianas.
La creciente generación de información y datos no podría venir sin los característicos riesgos que este tipo de actividades implica. Lo que es preciado para unos, es deseado por otros. Nuestra información personal está en constante peligro de ser objeto de robo y espionaje, sea por criminales, atacando directamente individuos para extorsionar en busca de dinero, o yendo contra la fuente principal como son los servidores de las empresas que hospedan los datos, así como también por algunos gobiernos y determinadas empresas del sector privado que espían a los ciudadanos y usuarios.
Frente a este panorama, el cifrado es una herramienta esencial que nos permite proteger desde nuestra información, hasta nuestra integridad física, a la vez que resguarda y ayuda a potenciar el goce y ejercicio de derechos humanos.